Sor Juana Inés de la cruz era una mujer escéptica al matrimonio, pero en esta época Medievo para la mujer habían pocas opciones. O se casaba o se iba de religiosa. Aunque su vocación era poca, ser religiosa era la mejor opción para seguir gozando de sus aficiones intelectuales. Pero aunque pensó que en este medio religioso iba a estar tranquila con sus escritos y libros, los hombres de la época empezando por el obispo, consideraba que una mujer y más si era religiosa solo debía dedicarse al servicio de los demás sin oportunidad de decidir por sí misma. La crítica del obispo la afectó profundamente, tanto, que poco después sor Juana Inés de la Cruz vendió su biblioteca, y parte de sus escritos fueron quemados por orden del obispo, también todo lo que poseía lo destinó a beneficencia y se consagró por completo a la vida religiosa.
sábado, 30 de mayo de 2009
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